Desde sus inicios en la década de los '50, el Arte de Performance se ha constituido en una de las disciplinas más dinámicas y multifacéticas de las artes visuales. El arte de performance tiene sus raíces en la diversidad, lo multidisciplinario (su capacidad de cruzar libremente entre distintas disciplinas), lo multicultural, y lo intermedial (el uso de medios diversos, integrados entre sí o en paralelo) aparece ya en sus orígenes.

Si bien a lo largo de su breve historia, el arte de Performance ha desarrollado gran parte de su energía en el espacio de experimentación que ofrecen las aulas y talleres de las universidades e instituciones académicas, sólo desde la década de los '80 aparecen en el mundo los primeros programas o cursos íntegramente dedicados a esta disciplina. Hoy se encuentran programas de esta naturaleza en las principales universidades e instituciones de los países desarrollados. En latinoamérica han existido algunas experiencias, principalmente en México, Brasil y Argentina; sin embargo, la mayor parte de ellas han sido sólo programas parciales que no abarcan un enfoque integral de la disciplina.

El arte contemporáneo, con todo el eclecticismo propio del nuevo siglo, enfrenta a los artistas y estudiantes de arte al desafío de integrar el mundo que aparece frente a sus ojos en la elaboración de sus obras de arte. El Arte de Performance, en este sentido, provee de amplias herramientas metodológicas que permiten desarrollar auténticas alternativas de experimentación en sus practicantes, ya que su principal material de trabajo lo provee la realidad, en el sentido más global del término.

Luego del gran boom que significó la masificación del Arte de Performance en la década de los '80, la disciplina entró en un cierto estancamiento mediático en los '90. Sin embargo, desde los inicios del nuevo siglo, ha comenzado un resurgimiento que se manifiesta en la constante realización de festivales y eventos a lo largo de todo el mundo, así como en el número creciente de artistas dedicados a la disciplina. En particular, en Latinoamérica, dicho resurgimiento se ha traducido en la realización de importantes encuentros internacionales de Performance, tales como: Perfo Puerto 2002, festival latinoamericano de arte de Performance en Chile; y el Proyecto Limes, en Argentina y Uruguay, en 2003.

Hoy, algunos artistas de performance de nuestra región presentan su trabajo ante los más diversos públicos; y el interés de los espectadores, en especial de los más jóvenes, es casi tan grande como su desconocimiento de esta forma del arte; por ello, la enseñanza de esta disciplina es un imperativo.